La palabra temeraria llegó.
Todo lo que no queríamos que sucediese pero que esperábamos con ansias y ganas estaba apunto de comenzar. Unos sentimientos contradictorios. Llegaba la hora, llegaba el momento, solo quedaban días, horas, minutos..
El corazón a mil por hora, el cuerpo temblando, miradas perdidas.. todo por estar esperando el primer día de selectividad el primer examen.
Y llegó, entramos al aula, soltamos las mochilas, los apuntes, y solo cogimos un bolígrafo, el DNI y a empezar. Nos sentamos en las mesas, que eran las mas raras que habíamos visto en nuestra vida, por lo menos yo, y dije: "es ahora o nunca, no hay mas oportunidades".
